Te
soplo al oído,
le
cuento a tu brazo
que
erizas mi pelo.
................................
Lo
supe tan bien
como
sabes de mis piernas.
Te
quiero aunque no
sin
reservas ni pistolas,
¿cuánto
queda y cuánto hay
de
los bares en incendio?................................
Recuerdo tu mirada
abierta sin descanso.
..........................
A la rosa no hace falta preguntarle tonterías, sabe a quién le pincha y también donde florece. Eso creo yo. La Rosa y yo, los trenes y yo. Tu y yo. La vida y el cuerpo.
Hagamos del amor
la guerra de la cama.
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