primera llamada
viernes, 6 de abril de 2018Quizá sí hubo primera llamada,
una decisión que marcara diferencias.
Puede que también, decidiera darte todo
y abandonar junto al tedio,
aquella manía de medir las consecuencias
antes de nacidas.
La verdad es que no logro
recordar aquel día
y tampoco importa mucho,
supongo,
en cualquier carretera nacen girasoles,
antes de que el sol llegue a sus semillas.
Siempre viví sin reloj ni calendarios.
Atendí cada llamada y olvidé cada lamento.
No sé vivir sin oír los espejismos
que mi alma dibuja (y a veces encuentra).
Como he dicho alguna vez, escribir es echarse las cartas.
No es sentido adivinatorio, propiamente, sino como haría una especie de vidente, aludiendo a Rimbaud, "El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos".
Vidente de uno o de una misma, en cada poema queda al descubierto mucho subconsciente. Podría de decirse que, leído después, sirve para hacerte consciente de cosas sobre ti que a lo mejor no veías en ese momento. Desarreglando los sentidos, se entierra la razón, gran carcelera de la humanidad. Cuánta gente piensa su vida en vez de vivirla?
En este poema se ve la pretenciosa voluntad de controlar la vida, ¿cómo, si no, seríamos capaces de predecir las consecuencias de nada? Qué ridículos somos!Qué ridícula soy!
Volviendo al poema, una no sabe cuándo empieza la historia, el cuento te va enredando en silencio, hasta que un día, de repente, te sorprendes mirandole y sintiendo que le quieres.
Os animo a escribir.
Os animo a veros.

Soy Manuela, un poco filósofa y a veces poeta. Escribo historias, poemas y cuentos.
Dime si te gusta perderte conmigo.
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