A veces no se trata de olvidar, sino más bien de recordar. A veces la vida te regala una mañana, un momento, un desajuste que te hace recordar aquello que era amor. Un momento, un gesto, que te pone en el camino de abandonar lo que, sin duda, dejó de serlo hace tiempo.
Una mañana en la que al fin te escuchas y sientes de nuevo ganas de empezar, la oportunidad de recobrar significados olvidados y actualizar diccionarios, ya sin el lastre de aquellas palabras que se perdieron en la voz de un eco desmemoriado.
De cuando abrí la ventana, recuerdo la luz.
Si fuera una canción hoy sería
En Cuando hablan de Creta y yo estoy en Marte, te lo cuento así :
No hay comentarios