Yo elegía con ella los molinos
(llámalo amor)
Tenía cara de buena, de esas que rompen la vajilla entera sin tocar un plato. Yo tenía cara de malo; estaba dispuesto a pasarme la vida robando vajillas para que ella las rompiera.
............................................................................................................
El ponía cara de tonto,
yo hacía que no me enteraba. Él, por si las moscas, llevaba chocolate.
Yo, por si los besos, le miraba como a una tienda de golosinas.
Manuela Ipiña
Bravo!
ResponderEliminarGracias, Juan!! Un abrazo
Eliminar